En la hermosa ciudad de
Cuenca (Ecuador) luego de que pasan las fiestas de navidad, ya todos olvidan el espíritu navideño y empiezan a preparar la súper fiesta de fin de año, y si la
Navidad es para los niños, el fin de año es para los adultos porque se farrea hasta el amanecer, y si por buena suerte el fin de año llega a ser un día jueves (como este año: 2009) o viernes, la parranda se extiende hasta el domingo, esto da a entender que la gente no pierde oportunidad para farrear.
En Cuenca y todo el
Ecuador acostumbramos a “quemar el viejo”, la mayoría de hogares construyen un monigote o año viejo, que represente a alguna persona real o ficticia, que por lo general son políticos, personajes televisivos, aquellas personas que se destacaron o hicieron noticia durante el año o simplemente un miembro de la familia, con el fin de estar en familia y despedir el año. Hace tiempo atrás se escogía a la persona de mayor edad o aquella que ya superó los 60, pero ahora simplemente se hace un sorteo y se elige a quien se va a quemar y la persona más allegada será la viuda y no es necesario que sea alguien de edad avanzada, pero también participan.
El año viejo es un monigote que representa el año que termina (por ejemplo el 2009). Elaborado con ropa vieja y cartón, relleno de papel o aserrín, en algunas ocasiones con artefactos pirotécnicos; sobre todo en la región costera; además se le coloca una careta o mascara con la cara del personaje a quemar ese año y el día de la quema va acompañada de su viuda, que por lo general son varones vestidos con ropa de mujer y muy bien maquillados, quienes llorarán por su “viejito”. La incineración se lo hace a la media noche del 31 de diciembre. Este acontecimiento se lo realiza en todas las ciudades, barrios y calles de nuestro país (Ecuador).
Para todo esto, el primer acto es la fabricación de los muñecos. Esta elaboración de los monigotes pasa de ser una tradición a una verdadera aventura para algunos, ya que empiezan a elaborarlos entrado el mes de agosto, y es que algunos en realidad son obras de arte, llegan a medir 10, 20 metros, cada figura es una verdadera personalidad, es que todos los que se dedican a elaborarlos ponen toda su creatividad en ellos, y vale la recompensa, pues son vendidos a muy altos precios y en lugares estratégicos de la ciudad (Redondel Eloy Alfaro, Plazoleta de San Francisco, Avenida Remigio Crespo Toral y General Escandón, entre otros), esto para quienes hacen negocio de esta tradición. Pero para quienes elaboramos nuestro propio año viejo, lo fabricamos dos o tres días antes e incluso en los lugares de trabajo se lo fabrica el mismo día (31 de diciembre), en donde la destreza y la emoción invaden el acto de elaboración del monigote, porque como no se es un experto entonces las partes del muñeco salen desproporcionadas y provoca grandes carcajadas al final. Se pide ropa a la persona seleccionada y se comienza a llenarlo de papel y cartón y se coloca frases que normalmente repite y por cómo lo conocen. El segundo paso de esto es determinar quien será la viuda, es decir quien llorará y pedirá colaboración para quemar “al viejo”.
El segundo acto consiste en la construcción del escenario, en donde descansará el muñeco hasta que va a ser incinerado. Esto se lo realiza desde el medio día del 31 de diciembre y toma alrededor de unas dos horas, con la colaboración de todos, armar el escenario; al mismo tiempo hay que ver el
“DJ” que animará la fiesta ya entrada la noche.
Una vez terminado la construcción del mismo se coloca al “viejo” con todos sus implementos: carteles, adornos, algo que identifique a la persona que se representa a través del monigote.
El tercer acto consiste en disfrazar a la viuda y cruzar una cuerda o soga por la calle para comenzar a reunir los fondos para el sepelio. Los fondos a recaudarse van destinados a la “cafeteada” del monigote y lo mucho que se recauda son unos cinco dólares, esto si se ha tenido suerte; la mayor parte en monedas de un centavo.
Ya entrada la noche (20h00) se comienza con la fiesta y con la despedida del año y nos preparamos con alegría y entusiasmo para recibir de la mejor manera el 2010. Se realiza de todo en esa noche desde concursos, bailes, cantos, comida, bebida, para “matar la noche”, como dicen y esperar la quema y el festejo por el nuevo año.
Los concursos más populares que se realizan durante la noche son: baile de las sillas, baile del tomate, baile del limón, se hacen
sainetes para amenizar la noche y para los más pequeños se practica la rotura de ollas encantadas (ollas de barro pequeñas que en su interior tienen dulces, juguetes, entre muchas otras cosas más.). Para la premiación de cada concurso se entrega un premio sorpresa o una olla encantada. La quema del año viejo es acompañada de la lectura de un testamento, este discurso esta completamente basado en las anécdotas vividas por los propios vecinos, amigos y familiares del muñeco a que va a ser quemado. La quema del muñeco ya es considerado como un atractivo espectáculo sentimental por lo que se lleva el año, pero la parte divertida no para todos es la lectura del famoso testamento (
testamento 2009). Llegada la medianoche (0h00) se procede a llevar al viejo a un área despejada para incinerarlo, y es aquí donde la gala de luces y juegos artificiales se despliega en la negra noche cuencana, dándole colorido y majestuosidad, que tiene un doble sentido: primero despedir con alegría y júbilo el año que termina y segundo recibir el nuevo año lleno de colorido, esperando que el nuevo año sea el mejor para todos.
Cuando el fuego a consumido la mayor parte del monigote, como dice la canción “los abrazos se confunden sin cesar”, entonces con un fuerte abrazo y un gran beso se desea a todos los presentes, uno por uno, el mejor de los años y una vez terminado esto se regresa al baile y al festejo que dura hasta cuando el sol aparece.
Cabe recalcar que la venta de caretas no disminuye porque a los 6 primeros días de Enero se festeja las comparsas (
Santos Inocentes).
Entonces la fiesta de año viejo no solo es una tradición en nuestra ciudad sino que también es un momento de compartir con los amigos, vecinos y familiares la despedida de un año y tener la esperanza de que las cosas malas y problemáticas del año pasado no se vuelvan a repetir en el nuevo año que empieza. Esta es una fiesta más sociable e integradora, mientras que la Navidad es más de compartir y estar con la familia.
¡FELIZ AÑO 2010!